Querido Hijo:
Nunca voy a ser la misma porque no estás a mi lado. Trato de buscarte entre tus primos, entre tus amigos o entre los jóvenes que veo diariamente y sin embargo no te descubro.
Miro las caritas, de los niños recordando cuando eras chiquito y vuela mi mente pero me quedo vacía porque sé que no estamos juntos.
Hubiese dado todo por irme yo, pero la vida te llevó a ti primero y me dejó solo con tu recuerdo...No olvido los besitos que nos dábamos, los juegos que hacíamos, cuando nos reíamos juntos, los regaños que te daba., los berrinches que me hacías, tus enojos de adulto joven, tus ocurrencias, tus destrampes y relajos; en fin todo lo que juntos pasamos cuando todo era felicidad en mi vida.
A pesar de todo tengo que agradecerte el haberte conocido y nada me puede quitar la sublime sensación y emoción al tenerte a mi lado, poco después de haber dado a luz y desde ese momento hasta tus veintidós años , cuando Dios decidió llamarte para tenerte en sus brazos. Mi querido hijo LALITO un día nos vamos a encontrar, pero mientras tanto estás vivo en mis maravillosos recuerdos y estás presente en muchos de mis sueños.
Me quise morir al perderte, aún no lo asimilo, el dolor y la herida siguen a flor de piel, pero alguien, TU HERMANITA Y TU RECUERDO me han hecho seguir adelante porque sé que tú no hubieses querido que bajara los brazos. Te amo por toda la eternidad.
TU MAMA. VIANETT
Miro las caritas, de los niños recordando cuando eras chiquito y vuela mi mente pero me quedo vacía porque sé que no estamos juntos.
Hubiese dado todo por irme yo, pero la vida te llevó a ti primero y me dejó solo con tu recuerdo...No olvido los besitos que nos dábamos, los juegos que hacíamos, cuando nos reíamos juntos, los regaños que te daba., los berrinches que me hacías, tus enojos de adulto joven, tus ocurrencias, tus destrampes y relajos; en fin todo lo que juntos pasamos cuando todo era felicidad en mi vida.
A pesar de todo tengo que agradecerte el haberte conocido y nada me puede quitar la sublime sensación y emoción al tenerte a mi lado, poco después de haber dado a luz y desde ese momento hasta tus veintidós años , cuando Dios decidió llamarte para tenerte en sus brazos. Mi querido hijo LALITO un día nos vamos a encontrar, pero mientras tanto estás vivo en mis maravillosos recuerdos y estás presente en muchos de mis sueños.
Me quise morir al perderte, aún no lo asimilo, el dolor y la herida siguen a flor de piel, pero alguien, TU HERMANITA Y TU RECUERDO me han hecho seguir adelante porque sé que tú no hubieses querido que bajara los brazos. Te amo por toda la eternidad.
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